Ficha Suspiria

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Críticas de Suspiria (31)




mahotsukai

  • 25 Feb 2019

7



Aceptable e interesante revisión del legendario clásico de terror sobrenatural “Suspiria” (1977) del maestro del horror italiano, Dario Argento.

Berlín, 1977. Susie Bannon es una joven bailarina estadounidense que viaja a la capital de Alemania Occidental para enrolarse en la Escuela de Danza Markos Tanz. Ahí, captara la atención de la directora artística, al mismo tiempo que extrañas desapariciones de alumnas comienzan a sucederse.

Tras años de rumores sobre un posible remake, finalmente en 2008 el cineasta Luca Guadagnino anunciaba sus intenciones de reversionar el clásico de horror italiano de Dario Argento, luego de haber trabajado en el film “Delfinasia” (2007) de Asia Argento, hija del legendario maestro del horror, y haber logrado hacerse con los derechos de la historia. Idealmente tenía pensado sólo producir el film y ofrecer la dirección a David Gordon Green (“Undertow”, 2004; “Halloween”, 2018), pero los problemas de presupuesto obligarían a cancelar la producción. Sería tras el éxito de la extraña “A bigger splash” (2015), finalmente Guadagnino decidiría dirigir él mismo el remake, entregando la historia a su guionista de cabecera David Kajganich, para que realizará un nuevo tratamiento de una de las historias de brujería más espeluznantes de la historia del cine.

Sin embargo, mientras se hablaba de “remake”, lo que realmente Guadagnino estaba planeando, e insistía en eso, era una revisión de los temas de la película, a modo de homenaje a la gran “Suspiria” (1977). Consciente de que, si se quiere hacer un remake, se requiere “respetar irremediablemente” al clásico e inclinarse por aportar elementos nuevos, el director de “Call me by your name” (2017) presentará una historia transversal caracterizada por varias temáticas de interés, como la culpa generacional en Alemania tras la II Guerra Mundial y la Guerra Fría, el abuso de poder, la identidad, la maternidad, el feminismo y el matriarcado, y su asociación de la figura femenina con la práctica milenaria de la brujería, y la sexualidad. De esta forma, Guadanigno agregará un componente contextual más realista y moderno, a diferencia del clásico de Argento, cuyo contexto parece esencialmente atemporalmente mágico.

El primer elemento es sobre la culpa generacional germana tras la derrota en la II Guerra Mundial y la división de Alemanía por parte de las ideologías de los países vencedores, el bloque occidental con Francia e Inglaterra principalmente, y el bloque oriental, con la Unión Soviética. Guadanigno introduce el personaje del Dr. Joseph Klemper, psicoterapeuta que vive atormentado por los fantasmas de la II Guerra Mundial, en donde había perdido a su esposa Anke, en un campo de concentración para prisioneros judíos, en 1943. Su culpa radicamente principalmente en que pudo haber hecho más para evitar que su mujer cayera en manos de la SS, y su actitud de “testigo”, en términos pasivos, se extiende a su rol como terapeuta, en donde trata a Patricia, una alumna de la Academia Tanz que alega la existencia de una estructura brujeril. Él se remite a no creer y sólo observar, y lo entenderá muy tarde.

Los temas de la maternidad y la identidad son tratados principalmente en la figura de Susan Bannion. Primero, en la conflictiva relación que tiene con su madre, mujer conservadora que incluso llegó a abusar de su hija al mostrar ésta interés por la autoexploración sexual y la masturbación. Por medio de flashbacks, el director no sólo da cuenta de ello, sino que hace hincapié en el fanatismo de la mujer, que llega a decir que Susan es un “pecado” en su vida. Aquí, como vemos, también encontramos referencias al abuso de poder de la madre. Segundo, en la relación que Susan establece con Madam Blanc, a medio camino entre una relación maternal y una relación sugerentemente lésbica, en que la estudiante logra un vínculo emocional muy fuerte con ella, no sólo como la discípula o diamante en bruto que hay que pulir, sino también por una conexión femenina basada en la energía sexual y física de ambas.

Los temas del matriarcado y el abuso de poder, en tanto, se reflejan principalmente en la figura de Helena Markos, la decrépita y antigua bruja que reclama el título de “Mater Suspiriorum” y encabeza el aquelarre de las mujeres que se desempeñan como matronas de la Academia Tanz. Aprovechando la necesidad de las demás brujas por adorar a una de las tres “todopoderosas” (Suspiriorum, Tenebrarum y Lachrymarum) Helena Markos ha hecho creer a las demás que es la Mater Suspirioum, rivalizando fuertemente con Madame Blanc, quien es notoriamente más joven y que le da un sentido más artístico y emocional a la preparación que Markos le ha ordenado hacer de Susan, cuyo cuerpo pretende ocupar.

También están los temas de feminismo y la figura de la mujer como bruja a través de los tiempos. La película tiene un discurso abiertamente feminista no sólo por el protagonismo de personajes femeninos y prácticamente nulo de masculinos, que son caricaturizados como el obeso policía al cual las brujas hipnotizan para burlarse del tamaño de su pene, y más aún el hecho de que el personaje de Klemperer sea interpretado por una soberbia Tilda Swinton. Asimismo, Guadagnino explora la mitología femenina de la brujería y su naturaleza de arte ocultista relacionada con la danza salvaje, que despierta la fuerza vital interna femenina.

Lo que nos llevará finalmente a identificar los elementos sexuales, que el film expira durante todo su metraje. Además de sugerir ciertos elementos lésbicos, “Suspiria” (2018) no necesita recurrir a relaciones sexuales sugeridas o explícitas, sino profundiza fuertemente en la sexualidad femenina con un discurso que pregona la libertad y control emocional de su propia sexualidad, algo que por supuesto siempre está en conflicto con la imposición del patriarcalismo. Lo hará principalmente a través de la solidaridad de género, pero esencialmente de la danza, que funciona como canal liberador de emociones y energía sexual, como lo reflejarán las destacables coreografías diseñadas por Damien Jalet, uno de los elementos visuales más sólidos de “Suspiria” (2018).

Siempre las comparaciones serán odiosas, pero quien se arriesge a revisionar un clásico estará expuesto a ellas. Otras de las cuestiones que más diferencian la película de Dario Argento y la de Luca Guadagnino, además del tratamiento narrativo, será su aspecto visual, en especial los apartados de fotografía y coreografía. También lo será en el contenido de horror y en la ambientación musical.

Si hay un aspecto absolutamente soberbio y legendario en “Suspiria” (1977) de Argento es su escalofriante, desesperante y pesadillesca fotografía, realizada con colores extremedamente fuertes y que sumergen al espectador en una experiencia tan fascinante como incómoda. Por su parte, Guadagnino, movido por el contexto histórico en que se desarrolla “Suspiria” (2018) optará por una fotografía invernal y oscura, que reflejará el contexto de la Guerra Fría en una Alemania aún dividida, en donde se advierte claras influencias del legendario fotógrafo Michael Ballhaus (habitual colaborador de Rainer Werner Fassbinder), pero que según el director responde también a una presencia maligna milenaria, como supone la presencia de Helena Markos en la Academia Tanz, que de acuerdo a la mitología desarrollada por Dario Argento y Daria Nicolodi inició su reinado de horror en el siglo XI.

Por otra parte, un aspecto en que “Suspiria” (2018) resalta por sobre el clásico de Argento es el coreográfico, que se transforma en uno de sus puntales visuales y narrativos, siendo muy efectivo. Las coreografías de Damien Jalet se basan en su propio trabajo de danza contemporánea en “Les Médussés” que, a su vez, reconoce el bailarín belga, se inspira en el clásico de Argento, en especial la principal escena de danza de la cinta, durante la graduación de las alumnas, en donde se logra transmitir sensaciones de caos, desenfreno, energías explosivas y ritualismo, propias de la danza indonesia. Comentar a parte de Dakota Johnson y Mia Goth, todo el reparto dancístico de la Academia es profesional.

Un aspecto que divide a los seguidores del clásico de culto de 1977, es supuestamente la poca expliciticidad del horror en esta nueva versión. A excepción de la perturbadora escena en que las brujas utilizan la danza de Susan para retorcer y despedazar el cuerpo de Olga, en una sala de baile completamente de vidrio, que le otorga una crueldad e impresión realmente destacable, y la escena en la que Sara se quiebra la pierna, la película no tiene mayores momentos de horror explícito y de sangre. Ciertamente el clásico de Argento está cargado de esos elementos espantosos y de muertes violentas, pero hay que tomar en cuenta el contexto en que se filmó “Suspiria” (1977), en una época en que todavía el Giallo reinaba y, por tanto, las escenas brutales de muerte eran pan de cada día. De la misma forma, el clímax puede resultar decepcionante, ya que más bien es reflexivo y no explícito como el de “Suspiria” (1977), que está entre lo más escabroso de la filmografía del director de “Rosso Profondo” (1975).

En líneas generales, “Suspiria” (2018) cuenta con actuaciones correctas y competentes, resaltando Dakota Johnson (“The social network”, 2010) y Tilda Swinton, sin duda. Luego de sus cuestionadas participaciones en la saga “Fifty Shades” (2015-2018), Johnson demuestra haber asumido un fuerte compromiso con su papel protagónico, instruyéndose en danza contemporánea y mostrando estar preparada para asumir papeles más complejos física y emocionalmente.

Sin embargo, es la ganadora del Oscar Tilda Swinton quien se echa el peso interpretativo de la película sobre sus hombros, al encarnar a tres personajes, el Dr. Klemperer, Helena Markos y Madam Blanc. En cada uno de ellos, y en los dos primeros, Swinton se apoya de un eficiente maquillaje para encarnar al anciano psicoterapeuta y a la decrépita bruja, representando dos personajes totalmente opuestos, uno cargado de culpas y otra ansiosa de prolongar su poder a costa de la inocencia de sus súbditas. Más aún, su interpretación de Madame Blanc aporta un elemento decididamente equilibrado como personaje visagra, fundamental en la evolución de Susan Bannion, con quien establece una extraña relación materno-lésbica. Sin su caracterización destacable de Madame Blanc, difícilmente se podría entender por qué Susan termina develando su verdadera naturaleza y tomando su lugar en el aquelarre.

El resto del reparto cumple correctamente e incluye a Mia Goth (“Nymphomaniac”, 2013), quien interpreta a Sara, estudiante adinerada que se convierte en amiga de Susan, pero luego desconfía de ella; Elena Fokina (“Hereafter”, 2007) encarna a Olga Ivanova, estudiante soviética que sospecha de la existencia de brujas, pero paga muy caro el saberlo; Chlöe Grace Moretz (“Kick-ass”, 2010; “Hugo”, 2011) personifica a Patricia, la primera estudiante desaparecida, y que se supone ha desparecido por vincularse con grupos terroristas de la Alemania Oriental.

El grupo de matronas de la Academia, en tanto, estuvo integrado por la alemana Angela Winkler (“The tin drum”, 1979) como la Señorita Tanner, la alemana Ingrid Caven (“Viaje a la felicidad de Mamá Küsters”, 1975) como la Señorita Vendegast, la francesa Sylvie Testud (“La voz del silencio”, 1996) como la Señorita Griffith, la holandesa Renée Soutensijk (“Spetters”, 1980; “The girl with the red hair”, 1981) como la Señorita Huller, la cantante Christine LeBoutte como la Señorita Balfour, la modelo sudanesa, Alek Wek como la Señorita Milius y la italiana Fabrizia Sacchi (“A five star life”, 2013) como Pavla. Jessica Harper (“Phantom of the Paradise”, 1974), protagonista del clásico de Argento hace un cameo como Anke Meier, esposa de Klemperer.

El líder del grupo de rock Radiohead, Thom Yorke, fue el encargado de componer la banda sonora, quien se inspiró en la musique concrete francés y el krautrock alemán, caracterizados por ser movimientos experimentales basados en el minimalismo y el free jazz. Ciertamente es muy distinta a la legendaria y espectacular banda sonora de Goblin en “Suspiria” (1977), una de las partituras más demenciales y siniestras alguna vez escritas, pero para la perspectiva de Guadagnino funciona.

En resumen, una reversión interesante de un clásico indiscutido del horror italiano, que se concentra más en custiones contextuales como la culpa germana por su papel en la II Guerra Mundial y narrativas asociadas a la maternidad y el feminismo, que funciona como película experimental y de autor, pero que en líneas generales se aleja de la obra maestra de Dario Argento. La evalúo con un 7,5.



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Lian yerai

  • 15 Feb 2019

4


La pelicula de culto me gusto mucho y la vi debido a que queria estar al tanto por que cuando vi el trailer de este remake me habia interesado y ademas lei en internet y vi en algunos youtubers que era muy fuerte y la pelicula mas terrorifica del 2018 y veo que exageraron no coincido con ellos yo he visto algo que no tiene ningun parecido con la pelicula de argento, , aqui utilizaron la historia de las brujas de otro modo con un guion dificil de entender y con un ritmo que desespera hasta al mas pasivo ,,aqui eh notado que le dan mucha importancia a las escenas de ballet que algun significado tendran y tiene una atmosfera oscura inquietante no obstante el final me decepciono por que hay un personaje en especial que hecho a perder todo lo bueno que yo consideraba de esta pelicula



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Ferroviario

  • 14 Feb 2019

4


El trabajo de Luca Guadagnino al frente de Suspiria no debe verse como un remake, sino como un filme que busca sostenerse fuera de la sombra de Dario Argento.

La realización de un remake siempre será una labor desafiante, pues además de enfrentar los retos propios de cualquier película, la producción debe decidir su nivel de apego a la obra original. La situación era aún más compleja para la nueva versión de Suspiria, ya que el filme de Dario Argento no es sólo un clásico, sino todo un referente del giallo. Bajo esta premisa, no sorprende que las audiencias temblaran ante la elección de Luca Guadagnino al frente del proyecto, ya que nunca había mostrado ningún interés en replicar las características del sangriento subgénero.

Tal y como se esperaba, el director de Llámame por tu nombre no enfrenta la misión con una simple imitación de la fórmula vista en 1977. En su lugar, toma las bases de la historia –una joven recién ingresada en una academia de danza dominada por un aquelarre– y las adapta según sus necesidades para ofrecer una exploración más profunda a nivel narrativo y simbólico.

Las alteraciones más evidentes incluyen los renovados orígenes de Susie Bannion, personaje central que ha sido convertida en estadounidense, amish y dueña de un pasado que detonará su partida a Alemania. También está la exploración más profunda de la posguerra, que permite una mayor crítica sociopolítica a través de la escuela y la figura del psiquiatra, aquí rebautizado Josef Klemperer y dotado de una dolorosa experiencia durante el conflicto bélico. Guadagnino manifiesta su interés en este personaje desde los minutos iniciales, pues aprovecha su consulta con Patricia –una chica aterrada por el secreto tras la institución– para iniciar su relato, olvidándose así de la emblemática noche lluviosa que abriera las acciones del filme original.

A esto sumemos las modificaciones estéticas con las que el realizador se separa casi completamente de la original. Esto no significa que la cinta carezca de brutalidad, sino que recurre a métodos menos explícitos para alcanzarla. El mejor ejemplo es la secuencia de la estudiante condenada tras desafiar a las brujas y sacrificada a través de una danza macabra que le da una muerte lenta, tortuosa, pero elegante y visualmente hermosa.

Más sutiles, pero no menos importantes son las adiciones simbólicas, con las que Guadagnino busca dotar al filme de su propia esencia. Para lograrlo, se apoya de lleno en el mito de las brujas para abordar temas como el feminismo, la maternidad, el poder y la compasión. El resultado es una Susie que, a diferencia de la encarnada por Jessica Harper, nunca luce como víctima, sino como una mujer ansiosa por escapar de las cadenas que alguna vez le aquejaron para forjar su propio camino. No menos destacado es el caso de Madame Blanc, que parte como antagonista hasta que deja atrás los estereotipos y termina emulando a una segunda madre, no sólo para el personaje central, sino para todo el aquelarre que requiere de su liderazgo –sus acciones en beneficio de la academia son reiteradas en numerosas ocasiones–, aun cuando sus integrantes se nieguen a aceptarlo conscientes de que esto representaría ceder el poder. Finalmente, el ya mencionado psiquiatra termina convirtiéndose en la auténtica víctima de la historia, cuya vida y redención depende completamente del género femenino. Este rompimiento con viejas fórmulas machistas –o misóginas– se evidencia aún más con la ironía de que el único personaje masculino en toda la historia sea interpretado por una mujer.

Las actuaciones de Dakota Johnson y Tilda Swinton son fundamentales para lograr estos resultados. La primera se olvida de cualquier controversia alrededor de su casting para ofrecer un trabajo redondo físico y emocional, así como una gran seguridad que se manifiesta hasta en las secuencias más desafiantes. La segunda reitera su posición entre las actrices más talentosas y polifacéticas de la actualidad, con una triple interpretación que merece ser ubicada entre las más memorables de su carrera: una refleja su fuerza con su mirada y presencia física; otra se caracteriza por la carga emocional alcanzada aún por encima de numerosas capas de maquillaje; la tercera es una auténtica encarnación del mal que bien podría tener cabida en las peores pesadillas del propio Argento. Incomprensible el ninguneo de la actriz en la presente temporada de premios.

Ambas interpretaciones se ven beneficiadas por un memorable diseño de vestuario que imita la sangre y los ritos paganos, pero también el puritanismo de siglos pasados.

Los cambios anteriormente mencionados no significan que el realizador se olvide completamente del material original, ni el género al que pertenece. Prueba de ello es el cameo de Jessica Harper quien protagonizara la primera cinta o la manera en que el cineasta reserva algunos elementos visuales del giallo para el tercer acto, lo que le permite disparar los horrores en el momento climático. La única omisión absoluta radica en el plano sonoro, ya que el creativo nunca emplea sonidos o temas discordantes y recurre a una banda sonora que no siempre corresponde con lo que vemos en pantalla, lo que reduce el impacto de algunas de las secuencias más memorables.

Aunque controvertidas y posiblemente insatisfactorias para quienes esperaban una réplica lo más exacta posible, todas estas alteraciones resultan fundamentales para los objetivos de Guadagnino y muy oportunas para la era contemporánea. Más allá de las etiquetas, es evidente que el cineasta nunca quiso hacer un remake y el verla como tal sólo evitará su disfrute. En su lugar, se trata de una reinvención, que si bien respeta la premisa, tiene vida propia fuera de la sombra de Argento. El creativo cumplió con su cometido, al grado que su Suspiria bien merece un lugar entre los grandes –y no menos incomprendidos– exponentes del terror contemporáneo como La bruja (The Witch) y El legado del diablo (Hereditary).



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dalton gellar

  • 30 Jan 2019

5


bueno al fin he podido ver suspiria ya que le tenia ganas y había escuchado buenas criticas bueno y eso es muy alejado de la realidad porque en si me dejo a medias a ver primero quiero comentar que no vi la original solo un pedazo del comienzo pero se daño y nunca mas pude volver a verla espero pronto encontrarla para ver como es y bueno ahora comentando esta debo decir que en primer lugar su duración es exagerada parece que eso ahora es moda estirar un film sin razón alguna a las casi dos horas y media es demasiado pero bien no voy a negar que todo el principio esta bien te atrapa y quieres continuar viendo y tiene suspenso intriga y escenas buenas destacar la muerte de Olga brutal esa escena seguro cuando la estrenen acá la gente saldrá despavorida incluso para mi me agarro de sorpresa esa escena y es que todo el resto se mantiene bien con sueños algunos muy inquietantes con atmósfera oscura que esta presente en todo momento pero lo malo ya es el final después de las dos horas para mi Luca Guadagnino falla y nos ofrece esas escenas a lo lord of salem muy bizarras y sangrientas aunque por un lado tendrá su encanto ya que esas cosas no se suele ver a menudo en una sala de cine pero fue exagerado y quedo ridículo muy lejos del resultado final que debería haber tenido porque no estaba nada mal hasta ese punto

ahora en las actuaciones están maravillosas quien se lleva la película es Dakota Johnson es una sorpresa aquí y a pesar que cierto publico no le gusta porque se la encasillo mucho en cincuentas sombras de grey algo asi como paso con Kristen Stewart pero fuera de eso se nota que ahí hay actriz y de las buenas al igual que Mia Goth ambas geniales y el resto no se queda atrás con una Tilda Swinton que da algo de miedo

quizás faltaron mas muertes aunque como dije la ultima parte esta llena de sangre por doquier no se si asi fue la original y en los aspectos técnicos como fotografía ambientación y bso es mas que 10 muy bien lograda la ambientación antigua parecía una película vieja

bueno la recomendaría porque siendo sinceros tiene sus buenas cosas pero repito el final a mi no me gusto nada deja hasta dolor de cabeza pero verla una vez no esta mal



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x1X

  • 27 Jan 2019

5


He de decir que la original la visioné hace sólo algunos años y me pareció un producto sobrevalorado con sangre magenta y Miguel Bosé de fondo. Eso sí, la B.S.O. me gustó bastante, la verdad.

Sin embargo, le tenía una muchas ganas gracias al buen elenco que tenía, al director de ¨Call me by your Name¨ y un trailer bastante llamativo. Hace algunos días la visioné y he de decir que es una película hecha con mimo y que bebe muy poco de su predecesora.

Sin embargo, a mí particularmente no me ha generado nada de nada y mucho menos terror, especialmenteme con ese final que yo no comprendí. Creo que a este producto le ha sobrado profundidad, se ha querido hacer un producto tan serio y limpio (la historia de Sussie, la del psicólogo, la ambientación de la Alemania antigua, etc) que se ha quedado en eso, faltándome tensión y terror.

Tiene sólo una escena que ya todos conocen que está muy bien creada pero no es muy novedosa, recordándome a la de ¨100 feet¨ pero el resto es muy sutil y excesivamente largo, pues dura dos horas.

Comprendo que no sea algo para todo el público en general y para los amantes de la Suspiria original es posible que no termine de engancharle, ya que de ésta sólo tiene algunas pinceladas.



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ilustrador.tk

  • 19 Jan 2019

5


¿Era necesario un remake de un clasicazo como suspiria? Obviamente no, así como ningún clásico merece ser pasado por cedazo para adaptar su sabor a las generaciones actuales.

Obviamente, y no está puesto en duda, que todo lo técnico, fotografía, banda sonora, tratamiento de color, etc. Es de un nivel estético magistral, lo que le sube puntos a la historia que estamos viendo.

Es de agradecer que no se calcace el filme original sin cambio alguno, ya que así el espectador más de alguna sorpresa se llevará.

Hay escenas espectaculares, como lo es la muerte de la bailarina, tratada con una poesía visual que aterra y obnubila por igual.

La secta final se debate entre el terror puro, y la caricatura irónica, es ahí su fallo, hay un dejo de humor en su tratamiento, que no respeta lo visto hasta ese momento.

Suspiria de argento, es lo que es, un clásico. Ésto es otra cosa.



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Juampe06

  • 17 Jan 2019

9



Visualmente creo que hay poco que decir no? Es una maravilla, es su totalidad.
La BSO maravillosa también.
Es larga si, pero en ningún momento me ha parecido excesiva ni aburrida, el único problema es que mis expectativas aumentaban a cada minuto para el desenlace y una vez que llega, me gusta, me gusta mucho pero se me queda corto, me descoloca un poco, no se muy bien que estoy viendo, me confunde y hace que me pregunte que narices hacen ahí cada uno de los personajes.
En general tiene escenas desagradables y fuertes que personalmente me gusta bastante pero creo que podrían haber utilizado ese recurso en más de una ocasión, en el trailer se observan muchas imágenes interesantes que en la película resultan ser sueños/visiones...pero bueno.
Tenía muchísimas ganas de ver esta película, la verdad, he esperado mucho por ella y creo que ha merecido la pena.



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reptilenin

  • 15 Jan 2019

6


Quitando el titulo,que esta ambientada en una escuela de baile y algún pequeño guiño esto poco tiene que ver con la original.

Guadagnino ha tenido vía libre y a podido hacer lo que le ha dado la gana por lo que por una parte es de agradecer,a mi la película me ha gustado (al menos la primera parte) pero al final la sensación ha sido un poco de decepción. Todo lo que es ambientación,diseño, actuaciones y apartado técnico cumple con creces,hay un par de escenas realmente buenas como la del baile,los sueños y alguna mas pero la trama es donde se pincha.

Toda la parte del viejo a mi me sobra,que por cierto desde que sale me daba una sensación rara,hasta he tenido que mirar después quien era el actor y no diré nada pero no entiendo que necesidad tenían de hacer eso y no poner otro actor.Tampoco la parte socio/política aporta realmente algo importante a la trama y al final empiezas a recordar y tampoco hay tanto para que esto dure dos horas y media.

Unos ultimos veinte minutos que pega un volantazo con giro incluido que se anima un poco para que después te cierren con un epilogo que deja mal sabor de boca.

De la banda sonora de Thom Yorke solo diré que me ha rechinado que en escenas de climax metan su voz

Ya veremos que tal otro visionado con el tiempo.



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CastroReview

  • 13 Dec 2018

7



Sin duda lo mejor de la película es la muerte de Olga. Me han faltado más muertes y escenas como la antes dicha, aún así, me ha gustado y me parece una película buena que merece ser vista. Si hacen otra película de Suspiria, ya sea secuela o precuela, espero que metan más escenas tanto tétricas como inquietantes.



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Fermat

  • 7 Dec 2018

4



Yo no sé escribir críticas ni lo pretendo, pero me gustaría añadir un par de comentarios.
1. Guadagnino no ha entendidoe el espíritu de Suspiria ni lo entenderá en lo que le queda de vida. “Call me by your name” es un peliculón, lo que no quita el bochorno y vergüenza ajena que pasé viendo ayer esta especie de mejunje incoloro e insaboro.
2. El akelarre. Me recordó a lo PEOR de Álex De la Iglesia, sabéis a lo que me refiero. O a “La tercera madre”, otra ridiculez infumable.
3. Por favor, Suspiria es Suspiria, deja al resto de las madres descansar en sus ciudades y casas respectivas, RESPETA ESO AL MENOS.
3. Una vez vista una de las muertes, vistas todas. ¿Dónde está el suspense, el deambular por pasillos oscuros en busca de una muerte segura? NO HAY.
Sinceramente, estuve súper excitado con la primera mitad, pero llega un punto de ridiculez extrema que llega a ser unfumable. No tenía grandes expectativas puestas en este “remake”, pero ha sido incluso peor de lo que esperaba. ¿Y sabéis qué? ME ALEGRO.



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EchelonForce

  • 5 Dec 2018

10


Joder.Que Peliculon.
Punto 1:Si cuentas algo de la peli,sin spoilers,das spoilers automaticamente.
Punto 2.En la vida compareis un Halloween con Suspiria.O un John Carpenter con Dario Argento.
Punto 3.El Reboot-Remake Definitivo.

Obra Maestra.Adios Halloween.Aunque hayas convencido a los payasos de rotten tomatoes no hay comparacion.

Esta pelicula es un antes y un despues.Podria ser la mejor pelicula de la historia de terror.Mejor que su original en todos los estilos.
Su estilo visual,su composicion,su,etc,es todo un placer visual.
Luca Guadagnino se merece un morreo por todo lo alto y arrodillarte a sus pies por la pedazo de pelicula que se ha marcado.Lo siento,Blumhouse (No Pussy for you).Una de las mejores pelicula del año indudablemente.

10/10.Altamente Magistral y Brillante

P.D:Las obras maestras del cine del terror siempre han sido en su momento menos valoradas.



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