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Estrafalaria y ridícula comedia de ultra gore del demente pero creativo Andres Schnaas (“Violent Shit”, 1989; “Anthropophagus 2000”, 1999; “Demonium”, 2001)
Rumania, año 1002. Nikos, un guerrero bárbaro, acusado de cometer más de 300 asesinatos, es ajusticiado por el príncipe Vjak y un grupo de seguidores, prometiendo regresar en el futuro para seguir atormentando a los descendientes de sus justicieros. Ello ocurrirá en la Nueva York de inicios del siglo XXI, cuando en una exposición de arte rumano, la máscara del bárbaro accidentalmente tenga contacto con sangre humana y lo resucite.
Tras el aceptable, siempre dentro de los canónes del ultragore alemán, film “Demonium” (2001), el siempre transgresor y locuaz Andreas Schnass trajo este paupérrimo aunque algo disfrutable film de ultragore (disfrutable sólo si el espectador gusta de la comedia gore y no exige demasiado, claro) que tiene como protagonista a un estrafalario y deforme bárbaro rumano, que regresa de la muerte para cargarse a cuanto civil se le cruce por delante, como si de un Jason Voorhees medieval se tratara.
El guión, escrito por Ted Geoghegan en base a una historia del propio Schnass, es absolutamente demencial e incoherente, por lo que no puede ser tomado en serio en ningún momento. Está estructurado sin la menor lógica, con la excusa de dar rienda suelta a una vorágine de asesinatos que Nikos iniciará en Nueva York, en donde prácticamente no dejará a títere con cabeza.
El film inicia en unas cavernas rumana en plena Edad Media, en donde un grupo de civiles liderados por el príncipe Vjak, logran capturar a Nikos, un guerrero noble famoso por ser un carnicero de lo peor. Nikos es un tipo realmente enorme en tamaño, por lo que cuesta creer que dos tipos mucho más bajos de estatura y delgados que él pueden retenerlo para que Vjak lea su sentencia de muerte y proceda a destripar y quemar al criminal. Nikos maldecirá al linaje de Vjak y prometerá vengarse de ellos, regresando de la muerte.
La historia se trasladará a Nueva York, a inicios del siglo XXI, en una clase de historia sobre arte rumano, en donde el profesor incita a los estudiantes a asistir a una exposición sobre el tema que se está desarrollando en la Galería Bankcroft. El grupo de estudiantes, entre los que se encuentran los típicos marihuaneros y fiesteros así como la alumna aventajada, asistirán a la exposición por los créditos y por interés, respectivamente. Hasta ese momento, el ritmo del film es muy desigual, después de un comienzo prometedor.
Ya en la exposición en la Galería Bankcroft, encontraremos una fauna de los más estereotipada que puede haber, comenzando por la pareja de jubilados, la pareja de homosexuales, el crítico de arte pedante, los estudiantes marihuaneros, la alumna aventajada, todos secundados por el típico policía negro y el blanco gordo, así como la dueña de la galería, que es alcohólica. Es entonces, cuando de la nada, Schnass presenta una escena que da cuenta de lo poco lógico que es el guión, pero que al final permitirá que Nikos regrese de la muerte y comience a cargarse a todos los que vea, que es lo que al final el espectador quiere y espera.
Un ladrón, entonces, intenta robar las piezas de arte rumano que hay en una bodega y en su forcejeo con el policía negro, se disparan mutuamente y la sangre del ladrón termina por caer sobre la caja que contiene la máscara del legendario Nikos. Nadie sabrá cómo, pero Nikos resucitará a partir de la máscara e iniciará el festín de sangre.
Después de acabar con todos los asistentes a la exposición, seguirá su camino de sangre y masacre por un gimnasio, un cine, una bar de lesbianas y finalmente un video club, en donde recurrirá a unos increíbles poderes sobrenaturales para que una voluptuosa vampiresa, que recuerda a Elvira, una pareja de ninjas, un zombie, y hasta el mismísimo Hitler y Eva Braun, cobren vida a partir de las carátulas de las películas, para que le ayuden a concretar su masacre. Así es, probablemente, este segmento que va directo al clímax del film es el más surrealista de todo el metraje, con Hitler negándose a obedecer a Nikos, quien le recuerda que él fue “quien lo creó”, haciendo una referencia a la maldad primigenia. El clímax es de lo peor, la cereza de la torta para este espectáculo de surrealismo y desquicio absoluto.
Los efectos especiales son penosos por su calidad técnica, a cargo de Marcus Koch, quien de cualquier forma da rienda suelta a “su creatividad” asesinando a prácticamente todo el reparto de las formas más variopintas: destripamientos, decapitaciones, mutilaciones de brazos y piernas, descuartizamientos por la mitad, empalamientos con espada y lanza, desnucaciones y descueramientos faciales. El montaje de las escenas de gore es tan pobre que no hay cuidado con la continuidad de las armas con que se ejecutan los golpes fatales para las víctimas, por lo tanto, el espectador detectará sin mayores problemas lo falsas que se ven estas escenas.
El trabajo escénico, concretamente de la Galería Bankcroft, es pobre también, pareciendo más una bodega ya que la supuesta galería brilla por la ausencia de piezas de arte rumano. Las deliberadas copias amateur de un grabado que muestra a los mismísimos Vlad Tepes (1931-1476) y Erzsébet Bathory (1560-1614), dan pena ajena y sacan más de una carcajada, poniendo en duda de que ésta sea en realidad un película de terror, y confirmando que más bien es una comedia de horror.
Las actuaciones son paupérrimas, comenzando por Joseph Zaso (“Evil streets”; 1998; “Demonium”, 2001) como el Profesor Frank Heller, que mantiene tensión sexual con su colega Sandra Kane, encarnada por Felissa Rose (“Campamento sangriento”, 1983) y que en lugar de escapar del mortífero Nikos, se ponen a buscarlo sin ningún tipo de plan y arma para acabar con él; y el propio Andreas Schnaas es Nikos, el empalador rumano, en una clara referencia a Vlad Dracul (1431-1476) el histórico Drácula. Otros incluidos en el reparto son la bella Lenise Sorén (“Illegal Aliens”, 2007) que interpreta a la musa vampírica de Nikos; Steve Montague (“Bloody Christmas”, 2012) como un Hitler pasado de parrilladas; y su amante Eva Braun, interpretada por la voluptuosa Tina Krause (“Evil streets”, 1998; “The vampire´s seduction”, 1998).
La banda sonora está dividida en dos grandes segmentos: la primera, que se escucha preferentemente en la parte de la galería artística, y por momento en el gimnasio, el cine y el video club, es sencillamente insoportable, capaz de desquiciar al más duro. Y el otro segmento se escucha exclusivamente cuando Nikos ataca y comete sus crímenes, que no es más que riffs de metal, de la banda Function Zero.
En resumen, un film paupérrimo en su calidad narrativa, técnica e interpretativa, que sin embargo saca carcajadas por lo ridículo e incoherente de su guión, en especial con la incorporación de personajes surrealistas de lo menos esperado.
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Ya, en su pequeño prólogo de cinco minutos y medio, sabes con lo que te vas a encontrar. Y es que en él, te ves al tal Nikos, comiéndose sus propias tripas y al unísono, clamando venganza en un futuro. Luego, ya la peli te sitúa en el presente, en la ciudad de Nueva York. Y la verdad es que no es gran cosa hasta que recién pasada la hora, se dedica a ir por la ciudad de los rascacielos liándola parda. Todo super cutre y amateur; las cosas como son. Eso sí, el humor negro ¨infantiloide¨ que tiene en muchos momentos, a mí, personalmente, me gustó. El octogenario que le saca una foto a su mujer también octogenaria, y detrás de élla se encuentra el tal Nikos.. Esa secuencia me gustó mucho... Exceptuando el gore, - el cual tampoco es gran cosa -, la peli, técnicamente, está al mismo nivel que un episodio de ¨El Chapulín Colorado¨. Y lo digo de manera literal. Pero a mí me ha gustado mucho, y con esto es con lo que me quedo.
este director nos enseña su caida en picado en el mundo del cine independiente,con este desproposito que encima tiene el peor gore fimado por el.despues de esto no volvio a levantar cabeza y años despues unio sus esfuerzos con un tal timo rosse mas mediocre que el y ya ni me molesto en ver nada de este tio,atras quedaron sus divertidas gamberradas de violent shit.
Para ser de Andreas Schnass es mas decente de lo normal, aunque sigue siendo un pedazo de cutre director que se las monta bien para contarnos mas de la mitad del film la version gore de ¨Noche en el Museo¨ con la excusa de meter a... Nikos ¨El Empalador¨, jeje, otro Psycho de turno. Asi que tenemos una body count que no tarda mucho en comenzar, con actores colegas que no los encuadran ni bien, donde casi todo el tiempo son primeros planos porque no llegaba pa mas. Pero ahi no queda todo, la accion se traslada a mas lugares y hay montones de secundarios que son carnaza. En los momentos de casqueria que son muy grotescos, todo se sube de tono incluida esa fea BSO de programa para autocomponerse tonterias en casa. Ni los gritos de las victimas estan bien sonorizados, llegando momentos en que retumba el eco que produce la sala donde se encuentran. Muertes hay a montones y de las mas diversas maneras, con fx artesanales, algunos conseguidos y otros nefastos. Gore del de siempre que hace gracia segun como se mire.
buena peli pero le falto algo.....o mas bien le sobro la parte de hitler y los ninjas naaaa, en fin nos encontramos con una peli de los grandesss
Una flatulencia con Gore infografico a ritmo de videoclip. Muchas referencias a Violent Shit (que por cierto, esta si que es un puto joyon!), sobre todo a la tercera parte con la inclusion de Ninjas y un hittler. Tambien aparece el Snob de Lloyd Kaufman y algunos freaks mas. Mas o menos es como si haces un mejunge de la cinematografia de Schnaas y la adaptas de manera que la puedan ver los crios, o lo que es lo mismo, un truño como un puño y Gore limpio y ¨chic¨. Aberrante.
Bueno los que habeis visto otras pelis de Andreas ya sabeis por donde cojéa pero hay que admitir que el chaval se esfuerza y sus últimas pelis no están del todo mal, así como ¨Violent shit¨ es una shit como su título indica esta peli está bastante mas currada, por lo menos ya hay trama ya es algo mas que un descerebrado matando a quién se le pone delante además los efectos ya están un poco mas currados de todas formas todavía tiene mucho que practicar Andreas que es un director que me da la intuición que se va a convertir en un futuro en uno de los grandes del GORE, sinó al tiempo, si si lo digo en serio, tiempo al tiempo.
Pues tiene mucho gore, pero aún así, menos que otras de Schnaas como la saga Violent Shit o Zombie 90.
Además, el gore no es tan brutal ni original como en las anteriores.
Esta peli es sólo recomendable para los que nos tragamos cualquier subproducto gore sin importar la nula calidad o el idioma.
Un saludo.
A decir verdad soy fanático del gore. Pero inclusive, en la mayoría de películas gore se sigue una línea argumentativa más o menos definida. En "Nikos the Impaler" sólo nos encontramos con un sádico rumano, asesinando a diestra y siniestra sin razón alguna, con efectos especiales bastante malos, y actuaciones aún más desastrosas. El peor momento de la película es la aparición de los ninja...algo que sobrepasa el absurdo de esta mala película.
Perdi la cuenta de cuantas personas asesina Nikos, actores de excremento, uno peor que otro, como tipica pelicula de Schnaas gore por gore, sin embargo es una de las que menos tiene!! el film se pone ridiculo cuando aparecen los ninja, el zombie y Hitler por dios este director esta mal de la cabeza!! solo para goremaniacos
muchas escenas gore,aunque no muy creativas que se diga...por lo demás es bastante mala,y ni siquiera tan impactante como otras de schnaas
Ya han pasado tres años, estamos a 2006 y parece que ya no habrá más basuras gores sin sentido de Andreas Schnaas como esta y su trilogía "Violent Shit". ¡Por fin! parece que estos bodrios han llegado a su fin...
Críticas: 13
TheCrow
4
Tras la decente ¨Anthropophagous 2000¨, y la mediocre aunque disfrutable ¨Demonium¨, Schnaas volvió a su estilo más característico con esta bazofia.
Siguiendo la estela de la saga ¨Violent Shit¨, Schnaas nos ofrece un nuevo body count en el que Karl the Butcher es sustituído por este tal Nikos, un asesino Rumano, que según la película es el que inspiró la figura de Dracula (fumadas de Schnaas...)
Por lo demás, aquí tenemos otro festín ultragore, aunque la verdad es que Schnaas rebaja el nivel de gore con respecto a sus films de los 90, y también el salvajismo de las escenas, haciendo que los que hemos visto sus otras basuras, echemos de menos más casquería... ¡El tito Schnaas se ha ablandado con los años! De todos modos, esta cinta es bastante bestia en cuanto a gore, no nos engañemos.
El resto no es para nada reseñable... Actores pésimos, realización amateur, y efectos gore más cutres que los vistos en ¨Demonium¨, ¨Anthropophagous 2000¨ y ¨Violent Shit 3¨. Schnaas en estado puro, vamos... Sólo destaca la buena banda sonora de su colaborador habitual, Mark Trinkhaus, y los cameos de Lloyd Kaufmann, Debbie Rochon y Bela B.
¡Sólo para fanáticos de Andreas Schnaas! Si es que hay alguno.
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