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Es bien sabido que Fritz Lang trataba a equipo y actores como un auténtico tirano, y Lorre lo sufrió en primera persona: Lang le hizo repetir más de 20 veces una escena del clímax donde intenta huir y es agarrado, golpeado y tirado por una escalerilla. El dolorido y magullado Lorre hizo después el speech de defensa de Beckert, y se dice que el miedo que muestra es genuino, no fuera que Lang le hiciera repetir más dolorosas tomas.
En 1954, una vez
Cuando un personaje nombra al comisario: cesto de papel, tarjetas postales, etc. El comisario tiene las manos ¨separadas¨ sobre el escritorio. Un segundo después y desincronizadamente las tiene separadas!
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Indudablemente un auténtico peliculón perteneciente al movimiento denominado ¨Expresionismo Alemán¨.
Me encantó la sordidez y ¨lugubridad¨ con la que se maneja la cinta y con la frialdad que muestra los asesinatos. Es un film oscuro, opaco, triste, sombrío; preanunció, de alguna forma, al excelente Cine Negro realizado en Hollywood tan solo 10 años después.
La cinta, debo reconocer, está sobreactuada en gran parte pero eso es algo típico... (seguir leyendo)