Cierto será que la segunda vez que la vi no estuve concentrado en la historia, ya que esta tercera vez me ha gustado más que a la sazón, y es que la historia entraña una ingenuidad típica de los 80 que consigue que caiga rendido a sus encantos-¡esta si me hizo caer en la nostalgia! Y es que, ¡con qué ilusión e inocencia se vivía entonces!-; Basta con echar a ver los personajes particulares y las hechuras desprolijas que utilizan acertadamente, por entretener.
La familia Zapatilla está de notable alto, con la excepción de Jaimita, que padece prognatismo y está pasada de rosca, sin embargo, Joan Monleón es un calco de Pantuflo, así como Alfred Lucchetti encarnando a Don Minervo, que le viene el papel como anillo al dedo-¡siempre lo vi como única opción!-. Por otro lado, están los secundarios caricaturescos que avivan la cinta con sus personalidades particulares como Mary Santpere encarnando a la tía Aniceta que es un tanto alocada y, a su vez, se hace cargo de Oliverio quien es huérfano de progenitores adinerados, y de no ser capaz de retener los nombres de los gemelos le sale escupir tal trabalenguas “zipizapuzapuzipuzu”-¡buenísimo!”- o Amparo Moreno encarnando a una mucama cuyo maquillaje da risa de solo verlo, que la cara tiene negra como el tizón y los labios gruesos pintados a posta de blanco-¡buenísimo cuando se encamina al encuentro de Aniceta subida a patín!-. Respecto a la historia, esta es sencilla y ciertamente entretenida cuya puesta en escena ciertamente colorida bien alude al comic de Escobar, y cuyo contenido trata sobre como los gemelos defienden a Oliverio de una riña en el patio y como se amistan, en tanto que el mayordomo de Aniceta que debe dinero a cuatro rateros, se alía con ellos para que estos rapten a Oliverio y así cobren la recompensa para el otro poder librarse de la deuda. En el transcurso del film, cuando los gemelos se ponen a buscar a su amigo y alentan mediante la radio de sus amigas a que todo el mundo se ponga a ello, aparecen para tal causa sucedáneos de la talla de Sherlock Holmes y Hulk aportando más gracejo.
Tened a bien echarle el par de ojos, al menos, una vez en vuestra efímera vida, que aún las canciones infantiles que aparecen os parecerán deleitables.
Parnaso
6
14/7/2015= Nota 4.
Cierto será que la segunda vez que la vi no estuve concentrado en la historia, ya que esta tercera vez me ha gustado más que a la sazón, y es que la historia entraña una ingenuidad típica de los 80 que consigue que caiga rendido a sus encantos-¡esta si me hizo caer en la nostalgia! Y es que, ¡con qué ilusión e inocencia se vivía entonces!-; Basta con echar a ver los personajes particulares y las hechuras desprolijas que utilizan acertadamente, por entretener.
La familia Zapatilla está de notable alto, con la excepción de Jaimita, que padece prognatismo y está pasada de rosca, sin embargo, Joan Monleón es un calco de Pantuflo, así como Alfred Lucchetti encarnando a Don Minervo, que le viene el papel como anillo al dedo-¡siempre lo vi como única opción!-. Por otro lado, están los secundarios caricaturescos que avivan la cinta con sus personalidades particulares como Mary Santpere encarnando a la tía Aniceta que es un tanto alocada y, a su vez, se hace cargo de Oliverio quien es huérfano de progenitores adinerados, y de no ser capaz de retener los nombres de los gemelos le sale escupir tal trabalenguas “zipizapuzapuzipuzu”-¡buenísimo!”- o Amparo Moreno encarnando a una mucama cuyo maquillaje da risa de solo verlo, que la cara tiene negra como el tizón y los labios gruesos pintados a posta de blanco-¡buenísimo cuando se encamina al encuentro de Aniceta subida a patín!-. Respecto a la historia, esta es sencilla y ciertamente entretenida cuya puesta en escena ciertamente colorida bien alude al comic de Escobar, y cuyo contenido trata sobre como los gemelos defienden a Oliverio de una riña en el patio y como se amistan, en tanto que el mayordomo de Aniceta que debe dinero a cuatro rateros, se alía con ellos para que estos rapten a Oliverio y así cobren la recompensa para el otro poder librarse de la deuda. En el transcurso del film, cuando los gemelos se ponen a buscar a su amigo y alentan mediante la radio de sus amigas a que todo el mundo se ponga a ello, aparecen para tal causa sucedáneos de la talla de Sherlock Holmes y Hulk aportando más gracejo.
Tened a bien echarle el par de ojos, al menos, una vez en vuestra efímera vida, que aún las canciones infantiles que aparecen os parecerán deleitables.
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